Ley de etiquetados

En la Cámara de Diputados de la Nación ya se está tratando un proyecto de ley de etiquetado de alimentos que podría bajar los niveles de consumo de azúcar, grasas y productos procesados en Argentina.

En octubre el Senado argentino le dio media sanción al proyecto de ley de etiquetado frontal que advierte si un alimento o bebida sin alcohol tiene excesos de sodio, grasas, azúcares o calorías. El tema lleva más de cuatro años de estudio, debate y resistencias. Actualmente, el proyecto ya se está tratando en la Cámara de Diputados.
La iniciativa busca no sólo brindar información para que los consumidores sepan con facilidad qué comen, sino también regular la publicidad e incluir la educación nutricional y la promoción de alimentación saludable en las escuelas. Según datos de la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) que se realizó en 2019, el 66,1 % de los argentinos tiene exceso de peso.
El martes 24 de noviembre se discutió en la Cámara de Diputados el proyecto de ley, en el plenario se reunieron las comisiones de Legislación General, Salud, Industria y Defensa al Consumidor, que escucharon a representantes de las cámaras empresarias y de profesionales de la salud. Entre los expositores, estuvo el ex Ministro y Secretario de salud del gobierno de Cambiemos, Ariel Rubistein, quien explico que “este proyecto de etiquetado frontal de advertencia refleja un altísimo estándar para la protección del derecho a la salud”.
Por su parte, el integrante de Unicef, Fernando Zigman, destacó que “hay experiencia internacional que demuestra que el etiquetado frontal de advertencia octogonal es útil para advertir a niños y a sus familias sobre la calidad de los productos que consumen”.
El proyecto está dirigido a fabricantes, fraccionadores y envasadores que distribuyan, comercialicen o importen, que hayan puesto su marca o integren la cadena de comercialización de alimentos y bebidas de consumo humano dentro del territorio argentino.

La importancia de la Ley

Especialistas de Unicef y organizaciones médicas celebraron hace un mes la aprobación del proyecto, al que consideraron “una herramienta clave para que las personas puedan elegir mejor”, y expresaron su expectativa de que se convierta en ley.
Cuando una persona está frente a una góndola, hay componentes como los colores, el diseño de la etiqueta, la forma en la que se presenta el producto que inciden en la decisión de comprarlo y el etiquetado actuaría en ese momento como una advertencia.
Además, según especialistas en el área, esta ley ayuda a prevenir la obesidad infantil porque muchos productos con determinados sellos no podrán ser vendidos en los kioscos de las escuelas o mismo no se publicitarán. Zigman señaló que “estas acciones son particularmente importantes frente a niños que están muy indefensos ante la publicidad y terminan condicionando su consumo”.


Etiquetas

El proyecto propone etiquetas octogonales negras con letras en blanco que deberán advertir en caso de que el alimento presente exceso de azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y exceso en calorías. Los valores máximos de estos deben cumplir con los límites del perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud.
Además, se exceptúa de la colocación del sello en la cara principal al azúcar común, sal de mesa, aceites vegetales y frutos secos. En caso de que el alimento tenga edulcorantes, el envase debe contener una leyenda precautoria inmediatamente por debajo de los sellos de advertencia que diga: “Contiene edulcorantes, no recomendable en niños/as”.
Por otro lado, si el alimento o bebida contiene cafeína, el envase debe contener una leyenda precautoria inmediatamente debajo del sello de advertencia con la leyenda: “Contiene cafeína. Evitar en niños/as”.

“Este proyecto de etiquetado frontal de advertencia refleja un altísimo
estándar para la protección del derecho a la salud”.
Ariel Rubistein . ex Ministro y Secretario de salud.

Respaldo y discrepancias de la ley

Diferentes argumentos respaldan la puesta en marcha de la ley de etiquetas negras, entre ellos los más importantes son: que promueve una selección informada de alimentos; orienta a los consumidores en la compra de alimentos más saludables; permite modificar las decisiones de compra independientemente del nivel socioeconómico y educativo; brinda información directa para identificar en forma rápida y fácil los productos que contienen exceso de nutrientes críticos; contrarresta el efecto positivo que tienen los mensajes de nutrición; necesita de un menor esfuerzo cognitivo y menos tiempo para tomar decisiones de compra; aplica el sistema de perfil de nutrientes de la máxima autoridad sanitaria de la región; ese sistema está basado en las directrices de ingesta de nutrientes de la OMS.
Por otro lado, están las discrepancias que no avalan el sistema de etiquetas que son: que no muestra los aspectos positivos de los alimentos; la estigmatización de los alimentos procesados; que no logra mejorar la alimentación de la población por que el consumo de alimentos procesados no es el principal problema en la dieta; que no es suficiente para cambiar conductas alimenticias; no es efectivo para reducir el sobrepeso y la obesidad; presenta efectos económicos negativos con relación a costos de fabricación y empaquetado; su aplicación en la región no tiene estudios de evidencia científica.


Chile ya implementa la ley

En Chile se aplica la ley de etiquetas desde junio de 2016. Su objetivo es analizar los contenidos nutricionales de los productos alimenticios que se venden en el mercado y estudiar los aportes de cada uno de estos, para luego colocar sellos de advertencia en los envoltorios.
Además, se restringió la publicidad de los alimentos “altos en” dirigida a menores de 14 años y se prohibió la venta de aquellos productos que tengan el sello de advertencia en las escuelas.

“Estas acciones son particularmente importantes frente a niños que están
muy indefensos ante la publicidad y terminan condicionando su consumo”. Fernando Zigman . integrante de Unicef.

La ley fue implementada en etapas (en julio de 2019 se puso en marcha la tercera y última fase del reglamento) y en menos de seis meses de la entrada en vigencia ya estaba en cumplimiento al cien por ciento.
Luego de cuatro años, en febrero de este año, se dio a conocer un estudio de parte de investigadores del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile. Los resultados indicaron que el consumo de bebidas azucaradas, como gaseosas de fantasía, jugos, leches saborizadas, disminuyó un 23.7 % durante la primera etapa de estas reformas. ©


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 Grupo Editorial Metro . FOTOS: Web

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