Cada 30 de mayo, Argentina conmemora el Día Nacional de la Donación de Órganos, una fecha que invita a reflexionar sobre un gesto profundamente solidario: dar vida aún después de la propia muerte.
La efeméride recuerda el nacimiento del hijo de la primera mujer trasplantada hepática en un hospital público de nuestro país, y es una oportunidad para visibilizar tanto los avances como los desafíos que enfrenta el sistema de trasplante argentino.
Gracias a la implementación de la Ley Justina, sancionada en 2018, toda persona mayor de 18 años es considerada donante de órganos y tejidos, salvo que haya expresado su voluntad en contra. Esta normativa marcó un antes y un después: redujo trámites, agilizó procesos y aumentó el número de trasplantes. Sin embargo, todavía hay más de 7.000 personas esperando una oportunidad para seguir viviendo.
Según los últimos datos del INCUCAI (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante), en 2024 ya se realizaron más de 600 trasplantes gracias a la donación de órganos y tejidos. A lo largo del año pasado, 1.929 personas recibieron un trasplante en nuestro país, un número alentador que sin embargo no alcanza a cubrir la creciente demanda.
En vida, solo es posible donar un riñón o parte del hígado, y siempre bajo estrictas condiciones médicas y legales.
Los órganos que se pueden trasplantar en Argentina son riñón, hígado, corazón, pulmón, páncreas e intestino; mientras que los tejidos incluyen córneas, piel, huesos y válvulas cardíacas. Los trasplantes se realizan mayoritariamente a partir de donantes fallecidos. En vida, solo es posible donar un riñón o parte del hígado, y siempre bajo estrictas condiciones médicas y legales.
La médula también salva
Otro gesto de enorme impacto es la donación de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH), conocidas comúnmente como «médula ósea». Claudio, un donante inscripto desde hace años en el Registro Nacional, recuerda con emoción su experiencia: “Me contactaron por compatibilidad con un paciente argentino. Tras los estudios, doné médula sin saber a quién, por el protocolo de confidencialidad. Saber que pude dar vida con ese acto es algo que me marcó para siempre”.
El INCUCAI, junto con el Ministerio de Salud y el Registro Nacional de CPH, trabaja en la concientización sobre esta forma de donación que también puede significar una cura definitiva para enfermedades como la leucemia.
Garrahan: la otra cara del sistema
Sin embargo, el sistema de donación y trasplante necesita más que leyes para sostenerse: necesita condiciones dignas para quienes lo hacen posible. En los últimos meses, los trabajadores del Hospital Garrahan, uno de los centros pediátricos de mayor complejidad del país y un pilar en materia de trasplantes infantiles, han venido reclamando por mejores salarios y condiciones laborales.
Enfermeros, técnicos y médicos denuncian precarización y sobrecarga laboral, que afectan no solo al personal, sino también a la calidad de atención de los pacientes. En medio de paros y movilizaciones, el conflicto sigue sin resolución, poniendo en evidencia las tensiones que atraviesan al sistema de salud público en Argentina.
“El Garrahan es una institución modelo, pero sin inversión sostenida no hay milagros”, advierten desde las asambleas de trabajadores. Mientras el país celebra avances en materia de donación, la infraestructura humana que lo sostiene pide ser escuchada.
Ser donante, una decisión que salva
Toda persona mayor de edad puede manifestar su voluntad afirmativa o negativa de donar órganos a través del sitio web del INCUCAI, en organismos jurisdiccionales de ablación e implante, o al momento de renovar el DNI. Si no hay manifestación expresa, la ley presume el consentimiento. La donación no altera la apariencia del cuerpo ni impide rituales religiosos o despedidas respetuosas.
La donación de órganos y tejidos es mucho más que un acto médico: es un compromiso social. Y como todo compromiso, requiere decisión, información y responsabilidad estatal. Porque donar es dar vida, pero también es cuidar a quienes la hacen posible. ©
TXT I Fotos: GEM