Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad y una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, Machu Picchu se destaca por su historia, arquitectura, entorno, geografía y belleza, que la convirtieron en uno de los lugares más visitados del mundo.

El viajero aterriza en Cusco, la metrópoli más antigua del continente, heredera de culturas milenarias. Un hombre lo espera en el aeropuerto para llevarlo a su hotel. Lo distingue enseguida, aunque nunca lo ha visto, porque lleva un cartel con su nombre.
En el hotel le dan la bienvenida con el tradicional mate coca, una bebida que le ayuda a aclimatarse. Luego de instalarse, aprovecha la tarde para conocer la ciudad y degustar sus exquisitos platos típicos. A la mañana siguiente, con una mochila al hombro ya preparada, aguarda la llegada del transfer que lo llevará a la estación de Ollantaytambo, ubicada a una hora y 40 minutos de la ciudad de Cusco.
El tren marcha a un ritmo constante en dirección al pueblo de Aguas Calientes. Durante las dos horas de viaje, unas sucesiones de típicos paisajes de los Andes lo seducen con su belleza, preparándolo para vivir una aventura única. Al llegar a la estación de Aguas Calientes, un colectivo lo conduce a través de un camino zigzagueante hasta la ciudadela inca de Machu Picchu, ubicada a 130 kilómetros al nor-oeste del Cusco, en la provincia de Urubamba.
Emplazada en la cumbre de la montaña, Machu Picchu (que en quechua significa “Montaña Vieja”) impresiona al viajero por su belleza y magnitud. El viento lo golpea en el rostro mientras aprecia la majestuosa ciudadela que ha visto en cientos de postales. Lo sorprende el tesoro que acaba de descubrir.
Se une a un pequeño grupo de viajeros. El guía local se presenta a los visitantes y da por comenzado el recorrido de la fortaleza, que se estima fue construida en el siglo XV por el emperador inca, Pachacutec.

También conocida como la ciudad de los andenes, las escalinatas y las fuentes de agua, Machu Picchu abarca 20 hectáreas divididas en dos sectores: agrícola (comprende una vasta red de andenes o terrazas) y urbano  (formado por diversas construcciones y plazas).
Este último, a su vez, fue dividido por los arqueólogos en tres subsectores: Barrio Sagrado (incluye la pirámide de Intiwatana, el Templo del Sol y la Habitación de las Tres Ventanas); Barrio de los Sacerdotes y la Nobleza (zona residencial); y Barrio Popular (parte sur de la ciudad donde se encuentran las viviendas de la población común). Las construcciones dan cuenta del extraordinario trabajo arquitectónico realizado por el Imperio Inca, envuelto con un suave halo de misterio.



El 24 de julio de 1911 el historiador estadounidense Hiram Bingham re encontró la ciudadela de Machu Picchu y la expuso al mundo.

Durante el tour, el viajero vislumbra la herencia de una cultura ya extinta.  A través de un enorme portón construido con doble vigas, el cual poseía un mecanismo de cierre como medida de protección y seguridad, accede al Templo del Sol, ubicado en el sector urbano.
Alineada verticalmente con la torre del Templo del Sol, la Tumba Real de Machu Picchu fue construida para asentar las bases del templo. El guía le enseña al grupo este mausoleo tallado en la roca maciza. Luego, explica que “el Palacio de la Ñusta -situado en el mismo conjunto arquitectónico donde se emplaza el Templo del Sol- llegó a ser considerado parte del templo y no como una edificación independiente” y agrega que los expertos encontraron una “muy estrecha relación” entre ambas construcciones.
Las Fuentes Litúrgicas, un conjunto de tanques de reserva de agua formado por dieciséis fuentes que poseían un alto significado espiritual y sagrado, los acompañan durante el recorrido.
Situado en el punto más alto de la ciudad, al norte del conjunto de edificaciones que rodean Plaza Sagrada, el Templo Principal o Templo Mayor de Machu Picchu se emplaza allí por ser una de las dos edificaciones con mayor significado espiritual para la ciudadela. Mientras conversa con otro par, el viajero atraviesa la Plaza Sagrada, designada centro político-social del sector urbano, que se encuentra rodeada por el Templo Principal, Intihuatana y el Templo de las Tres Ventanas.
El último punto del recorrido es la Roca Funeraria, donde las deidades eran veneradas mediante rituales sagrados. Al finalizar el tour con el guía, el viajero se une a una parte del grupo para continuar el recorrido por su cuenta, a través de rutas alternas.
A la hora pactada regresa al pueblo de Aguas Calientes, donde aborda el tren a Ollantaytambo. Algo de la magia y el misterio de la ciudadela lo acompaña en el viaje de regreso. Aún no sabe que esa sensación la llevará por siempre y que volverá cada vez que su memoria evoque Machu Picchu.

Tras la Pandemia

Antes de la pandemia del COVID-19, la ciudadela inca recibía como máximo 5,940 turistas al día. Aunque en el 2020 el Ministerio de Cultura, recogiendo la recomendación de la UNESCO de garantizar el valor universal excepcional de Machu Picchu, redujo esta cifra a 2,244 personas.
Sin embargo, considerando la necesidad de reactivar el sector turismo, sin desatender las recomendaciones de la UNESCO, el Ministerio de Cultura ha elaborado un informe técnico que propone incrementar nuevamente la capacidad de admisión a 4,044 turistas por día, hasta el 31 de diciembre de 2022.



El Imperio Inca

El imperio Incas se estableció en Cusco alrededor de 1200 d. C. Se estima que la majestuosa ciudadela de Machu Picchu habría sido construida por órdenes del emperador Inca Pachacútec, durante la época de expansión del imperio, a mediados del siglo XV. El emperador logró expandir el entonces señorío Inca y establecer el poderoso imperio del Tahuantinsuyo, que llegaría a abarcar cerca de 2 millones de kilómetros cuadrados.
En un primer momento se creía que  Machu Picchu había sido erigida como  una fortaleza militar o como una residencia de descanso para Pachacútec, pero ambas hipótesis se debilitaron con el tiempo. Tras años de estudio, algunos especialistas concordaron que Machu Picchu fue usado como santuario religioso. Otros entendidos en el tema también especulan que haya servido como monasterio donde se preparaban a las niñas que servirían al Inca y al Sumo Sacerdote, ya que de los 135 cuerpos encontrados, 109 eran de mujeres. Sin embargo, no se descarta su uso como palacio.

Tras la caída del imperio Inca a manos de los conquistadores,  la ciudadela habría sido deshabitada entre 1534 y 1570.

Tras la caída del imperio Inca a manos de los conquistadores españoles, la ciudadela habría sido deshabitada entre 1534 y 1570. Los especialistas nunca se pusieron de acuerdo con respecto a la situación de Machu Picchu durante la época colonial. Algunos sostienen que los españoles sabían de su existencia, mientras otros afirman que nunca fue encontrada y permaneció oculta del hombre blanco.
Lo cierto es que su existencia sólo fue conocida por los habitantes locales, hasta el 24 de julio de 1911, cuando el historiador estadounidense Hiram Bingham la encontró  y la expuso al mundo.  Con la ayuda de la Universidad de Yale, la National Geographic Society y el gobierno Peruano, Bingham realizó trabajos arqueológicos en la zona entre 1912 y1915. En este periodo se despejó la maleza que atestaba la ciudadela y se excavaron las tumbas incas encontradas.
Desde entonces Machu Picchu se convirtió en el máximo destino turístico del Perú y uno de los más importantes del mundo. En 1983 fue declarada Patrimonio Cultural por la UNESCO y el 7 de julio de 2007, tras una votación on line de la que participaron millones de personas de todo el mundo, Machu Picchu fue reconocida como una de las Siete Maravillas del Mundo. ©

TXT: Grupo Editorial Metro I FOTOS: GEM

Comments are closed.