Maestras de la vida

Las maestras son un pilar de la sociedad y en la vida de tantos niños.  Son guías para aquellos que están creciendo, que buscan referentes para desarrollar sus pensamientos, sus ideas y sus ilusiones.

TXT: Lic. Marian Renoulin I Consultas por Whatsapp  15-5975-5527  I  IG: @licRenoulin

Siendo fines de octubre, ya vamos pensando que se termina el año, y también, un poco antes, el ciclo escolar. Muchas de mis pacientes son maestras, algunas de grado y otras de jardín de infantes. En general, es evidente el esfuerzo que hacen por sus alumnas y alumnos, el afecto y el respeto que sienten por ellos. Ejercen una profesión no siempre reconocida, pero que es pilar de la sociedad y en la vida de tantos niños y niñas.
Es un trabajo de mucho compromiso emocional, porque para hacerlo siempre hay implicación afectiva. Es un vínculo con seres que están creciendo, que buscan referentes, que necesitan respaldo y guía para desarrollar sus pensamientos, sus ideas y sus ilusiones.
Las maestras se encuentran año a año con personas pequeñas, que están en proceso de socialización, desplegando sus habilidades, mostrando sus fortalezas y a veces padeciendo sus carencias.
Seguramente año tras año, las docentes renuevan sus compromisos con la confianza de cumplir una función socializante, humanizante que , junto con los padres, permitirá construir niños y niñas con subjetividades originales, que puedan adaptarse al mundo que les toca vivir, pero conservando la ilusión de crear nuevas realidades y de generar mejoras originales que aun no han sido pensadas.
Las maestras van terminando este año seguramente cansadas, pero satisfechas por haber podido descubrir junto con los niños y niñas espacios nuevos, mundos fantásticos. Van propiciando lazos, vínculos amorosos donde cada alumno quede incluido, a su manera, fiel a su singularidad.
En la escuela hay chance de aprender, de crecer, de descubrir, también de ser rebelde, de oponerse, de pensar. Pero en un clima que se espera sea de confianza para ensayar para la vida, de adquirir reglas, límites, parámetros que son fundamentales para la libertad.
Estar mejor es posible, y en lo que refiere a la salud social, las maestras hacen año a año el mejor de sus esfuerzos, a pesar de muchas contrariedades y contradicciones, abrazan su tarea con esperanzas y con amorosidad. ¡Gracias maestras de la vida! ©

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