Cuando el joven o la joven no se conoce lo suficiente como para poder proyectar un futuro personal a mediano plazo, comienza a aparecer angustia y ansiedad que luego pueden guiar a la persona a calmar este sentimiento con conductas perjudiciales.
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Con frecuencia escucho relatos de personas jóvenes que se sienten angustiadas, deprimidas y en algunos casos que viven experiencias de distintos consumos problemáticos. Entendemos por consumo problemático a aquella actividad que por su frecuencia o circunstancia se realiza de manera compulsiva o desmesurada, que tiene como aparente objetivo producir una satisfacción o descarga inmediata pero que finalmente resulta inconveniente o displacentera. Ejemplos frecuentes son atracones de algunas comidas, de alcohol, participar de distintos juegos de azar, o pasar horas en redes simplemente mirando Tik Tok.
Obviamente que el impacto negativo sobre la persona que lleva adelante estas actividades no es igual, si se trata de alguien con responsabilidades de estudio, trabajo o cuidado de otras personas, como si se trata de alguien que juega al pocker durante horas apostando su sueldo o sus bienes o simplemente juega con amigos por montos de poco dinero. En cada caso la gravedad y las consecuencias son diferentes, pero lo que tienen en común es la necesidad de esa persona de evadirse de preocupaciones, insatisfacciones o del vacío que le produce muchas veces no tener objetivos de vida o una hoja de ruta que represente un camino hacia el bienestar, articulando con los gustos personales, los mandatos familiares y ciertos ideales.
Cuando el joven o la joven no se conoce lo suficiente como para poder proyectar un futuro personal a mediano plazo, comienza a aparecer angustia y ansiedad que luego pueden guiar a la persona a calmar este sentimiento con conductas perjudiciales. Obviamente que a la hora de reflexionar sobre el porvenir individual y social, tenemos en cuenta la tensión y desesperanza que inevitablemente nos conmueve a todos. La situación social, política y económica que atraviesa nuestro país impacta el ánimo de una manera u otra.
Pero es para destacar que las redes que ofrecen los distintos grupos de jóvenes que estudian y se capacitan son un importante soporte para estos momentos.
¿Y por qué pensamos en orientación vocacional laboral? Porque se trata de un proceso de autoconocimiento que a cualquier joven lo ayuda a plantear sus habilidades, capacidades. También sus gustos e intereses, investigando mas profundamente sus fantasías laborales y sus ambiciones. En este recorrido, hay altas probabilidades de que la persona que consulta, comience a construir una idea de sí realista y potente, para luego poder proyectarse en busca de aquello que podría acercarse a sus deseos vitales.
También este proceso de orientación puede ser útil para personas que ya han salido al ámbito laboral, que se han capacitado pero están sintiendo apatía, aburrimiento y hartazgo en su situación laboral actual. Un proceso de analisis vocacional puede redireccionar carreras y ocupaciones y revitalizar a aquellos que lo necesitan. Estar mejor es posible. ©
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