Relaciones tóxicas

Se suele hablar de parejas tóxicas, cuando hay un vínculo que originariamente es con intensión romántica y erótica, pero también se puede dar en relaciones de padres e hijos, y hasta laborales.

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Solemos escuchar con frecuencia comentarios de personas que refieren tener en su entorno otros que viven situaciones de vínculos que resultan tóxicas. Para los demás, los que no están involucrados directamente en la relación, es más fácil detectar el problema, por eso muchas veces hay que tener disposición para escuchar al entorno que suelen hacer buenas contribuciones a aspectos de nuestra relación que por alguna razón nos son invisibles.
Cuando hablamos de parejas, lo que suele suceder es que uno o ambos miembros de ella genera en el otro un malestar, un daño, una molestia que suele repetirse de manera cíclica, y donde no se puede cancelar con algo puntual que uno pudiera hacer. Daría la impresión que lo que se busca generar y vivir es justamente un clima o afecto desagradable, miserable, como si el objetivo fuera lograr ese sentimiento de malestar. En todas las relaciones pueden suceder cosas que surgen y son conflictivas, pero de ellas se puede aprender y luego se resuelven. Pero en las relaciones tóxicas justamente lo que se busca (mayormente de forma inconsciente) es el malestar, el conflicto, el clima de maltrato y de sufrimiento. En estos casos suele suceder que existe en uno o ambos miembros de la pareja, presente previamente en su personalidad, un formato de vínculo en donde está incluido , invisible y por eso difícil de cambiar, la forma de relación que incluye el maltrato (de forma pasiva o activa). O sea, se repite una serie de acciones que procuran revivir el dolor en el otro y en uno mismo, la angustia aparece como un elemento posible y a veces indispensable de lo que esas personas creen que debe existir en un vinculo de pareja.
Por lo general uno de los dos inicia el conflicto, la situación conflictiva e insiste sin parar, pero debe haber una segunda parte, el otro de la pareja, que se sume, que permita y a veces hasta que alimente esa situación.
En resumen, no tenemos que perder de vista que una relación de pareja no es una obligación, uno está en pareja para pasarla bien, para crecer, para sumar elementos positivamente el uno y el otro. Si no resulta así, debe disolverse el vínculo y buscar por otro lado.
Para estar en pareja no deberíamos sentir obligación. Y por otra parte, el que tiene una forma tóxica de vincularse necesita buscar ayuda psicológica, para revelar los motivos que lo hacen repetir ciertas conductas negativas. En general no tiene mucho registro de por qué y cómo llega a eso pero, de todas maneras, son su responsabilidad.
En la medida que se pueda, tenemos que hacer todo lo posible y animarnos a vivir mejor, a enfrentar nuestros defectos y tratar de cambiarlos, a profundizar en el conocimientos de nuestra personalidad y ahondar en aquellas razones pasadas que condicionan nuestro presente.
Muy buen año para todos y que 2021 sea un tiempo de crecimiento personal. ©

 

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