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Los sectores gastronómicos de todo el país se las ingenian para salir de la crisis económica a raíz de la cuarentena, cada medida que toma el Estado es crucial para el futuro de los emprendimientos que dan miles de puestos de trabajo.

La pandemia paralizó la industria gastronómica en Argentina, por más de seis meses, restaurantes y bares tuvieron que recurrir a los sistemas de delivery o take away, eso generó una crisis en los ingresos de los negocios. Más allá de que en varias ciudades, entre ellas Buenos Aires, volvieron a abrir en las últimas semanas los locales gastronómicos al aire libre la situación sigue siendo crítica para el resto del país.
Más de dos mil negocios en la Ciudad de Buenos Aires pudieron en septiembre sacar sus mesas a la vereda bajo un estricto protocolo y un sistema de turnos. Algunos municipios del Conurbano Bonaerense también se sumaron a la iniciativa con la autorización de los intendentes de cada jurisdicción, por ejemplo Lomas de Zamora ya hace unas semanas abrió las terrazas de bares y restaurantes. Pero, más allá de la apertura, la situación económica del rubro sigue siendo problemática, de hecho muchos de los dueños de los locales aseguran que no está concurriendo demasiada gente desde el debut.
El protocolo que se está manejando para los locales que abrieron sus puertas al aire libre dice que cada mesa debe tener un radio libre de 1.7 metro cuadrado respecto de otras y la circunferencia que delimite cada mesa debe separarse por 1.5 metro respecto de otra. Lo que se busca con la apertura sólo de las terrazas es evitar la aglomeración de gente, además muchos restaurantes y bares piden que para cenar o almorzar se haga una reserva previa.
En Capital Federal hay aproximadamente unos 10 mil establecimientos gastronómicos, pero desde el inicio de la pandemia un 15% bajaron sus persianas y esa misma historia se traslada al resto de la provincia e interior del país.

Del boom a la crisis

Las cervecerías artesanales pasaron del auge y la popularidad ganada en los últimos tiempos, a la peor caída económica de su historia. Los fabricantes y locales de venta al público de cerveza están viviendo una crisis inédita en consecuencia de la cuarentena.
Con la caída del consumo en los meses de marzo a julio, el sector advierte que, desde la llegada del coronavirus, cerraron más de 450 locales y muchas fábricas perdieron puestos de trabajo directos. Según la Cámara de Cerveceros Artesanales de Argentina, “desde marzo a esta parte la caída de los emprendimientos cerveceros sufrió una gran baja en el desarrollo de esta industria”.

Por protocolo cada mesa debe tener un radio libre de 1.7 metro2 respecto de otras y la circunferencia que delimite cada mesa debe separarse por 1.5 metro respecto de otra.

Una de las grandes problemáticas del sector, fue que la mayoría de los productores no estaban preparados para el sistema de delivery, por eso, el 40% de las cervecerías prefirió cerrar sus puertas.
Muchos de estos emprendedores también se dedicaba al negocio del esparcimiento, al alquiler de choperas, eventos al aire libre y food trucks, pero con el aislamiento social preventivo y obligatorio este tipo de actividades están suspendidas hace ya más de seis meses, lo que también se convierte en otra piedra en el camino de este sector.

Protestas al aire libre

Mar del Plata es una de las ciudades más golpeadas por el virus Covid-19 y eso deriva en que aún hoy no se haya habilitado la apertura de los restaurantes y bares. Por esa razón, un grupo de gastronómicos llevó adelante una protesta con la instalación de mesas y sillas en la calle en distintos puntos de la ciudad. El reclamo es por el pedido de mayor asistencia del Estado para paliar la crisis que atraviesa el rubro y que se les permita la reapertura.

Hoy en día los argentinos asumen que el delivery ya no es solo de pizzas y empanadas. Muchos restaurantes de alta gama se animaron a los envíos a domicilios por primera vez.

Otros lugares de foco de protesta fueron Córdoba, Santa Fe y San Juan, donde los sectores de la gastronomía volvieron a levantar la voz en búsqueda de una respuesta por parte del Gobierno. Uno de los tópicos del reclamo tiene que ver con la temporada de verano que se acerca y la necesidad de abrir los negocios para salir de la crisis que están atravesando desde el inicio de la cuarentena.

Hotelería y turismo

Una buena noticia para el sector hotelero y turístico fue la promulgación de la ley 27.563 de Sostenimiento y Reactivación Productiva de la Actividad Turística Nacional, aprobada el 1 de septiembre en el Congreso. Esta ley prorroga el reparto del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción, las asistencias económicas a pequeñas y medianas empresas, la reducción de contribuciones patronales, los planes de moratoria, la suspensión de embargos y la reducción de alícuotas de la ley impuesto al cheque.
Las medidas tienen como objetivo fomentar el turismo, la gastronomía y la hotelería para el 2021. También, bajo esta ley, se establece la posibilidad de créditos para el sector destinado a las actividades turísticas especialmente y en otra línea para municipios que tengan como actividad principal esta industria.
Junto con el sector gastronómico, la hotelería y el turismo son los rubros más golpeados por la cuarentena y la crisis económica que se gestó en este contexto. Quienes están al frente de los negocios cada día luchan con diferentes estrategias para salir de la situación, pero repiten la necesidad de políticas claras del Estado para poder afrontar los gastos y las deudas que se juntaron durante meses.

 

Oportuncrisis

La problemática de no poder moverse de casa en la pandemia hizo que el común denominador de la gente empezará a amigarse con la tecnología, pero especialmente con las apps de pedidos online o el take away en los locales de gastronomía.
Actualmente, los argentinos asumen que el delivery ya no es solo de pizzas y empanadas. Muchos restaurantes, algunos de alta gama, no sólo se animaron a los envíos a domicilios por primera vez, sino que tuvieron que pensar maneras para que los platos lleguen de la mejor manera posible, de la mano de cartas reducidas y un buen packaging.
En el mercado ya hay una variedad de menús premium que van desde sofisticadas cajas con todo lo necesario para una cena o almuerzo (incluyendo bebidas y complementos) hasta bandejas con el menú listo para servir.
Muchos locales gastronómicos optaron por la opción de darle todos los ingredientes precalentados y bien empaquetados al cliente, para que este en su casa pueda unificarlos y calentarlos nuevamente.
El delivery llegó para quedarse, ya cuenta con más de 4 millones de perfiles de clientes y el confinamiento puso sobre la mesa la oportunidad para terminar de asentarse al hacer que muchos establecimientos no tuvieran que cerrar del todo. Gracias a este sistema muchos negocios pudieron continuar operando y sobrevivir durante la crisis sanitaria.
La creciente digitalización, el ahorro de tiempo por parte de los usuarios y la ampliación geográfica de las plataformas de delivery fueron subiendo en los últimos tiempos. La idea es que este modelo gastronómico siga creciendo y se desarrolle aún más luego de la cuarentena, ya que no sólo ofrece miles de puestos de trabajos, sino que también permite a las pequeñas empresas salir de la crisis económica en la que se encuentran inmersas en este contexto. ©

TXT: Grupo Editorial Metro . FOTOS: Web

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