La Laguna Brava es un extenso espejo de agua de una superficie aproximada a las 5000 ha, ubicada en la rioja,  a unos 4230 SNM. Allí viven una variada biodiversidad asociada al humedal.

Laguna Brava es uno de los lugares de más fuerte personalidad y encanto de toda la provincia de La Rioja. Llamada inicialmente Reserva Provincial de Vicuñas y de Protección de Ecosistemas de Laguna Brava se encuentra en el extremo noroeste de la provincia y ocupa parte de los departamentos de Vinchina y General Lamadrid, con una extensión de más de 400 mil hectáreas.
El lugar cuenta con un sistema de lagunas altoandinas de aguas salinas e hipersalinas de escasa profundidad con bofedales y vegas asociadas. Ocupa también tierra que corresponden a las zonas de puneña y altoandina con altitudes que oscilan entre los 2500 y los 4500 metros sobre el nivel del mar.
Quienes se aventuren a conocer este lugar deben saber que les llevará varios días, ya que se encuentra a 4200 metros de altura y da la sensación de que el viajero se encuentre en las puertas del cielo.
El viaje por tierra no es por caminos comunes, por eso se recomienda ir con un guía de alta montaña, ya que es al borde del abismo y por el lecho rocoso de un río. También es importante que el visitante sepa que por razones climáticas esta subida no debe hacerse en cualquier época del año, lo aconsejable es entre octubre y mayo más tardar, cuando no hay nieve.

A medida que se avanza en altura, el paisaje se vuelve más árido y las montañas brindan un arcoíris de colores que sorprenden a todos los que las visitan.




El mejor punto de partida de esta travesía es
Vinchina, a 340 kilómetros de la ciudad de La Rioja. La proximidad de esta población con Laguna Brava, es ideal para cumplir con el itinerario descansando.
Ubicada en la ruta provincial 26, esta localidad es un antiguo poblamiento aborigen donde sus calles desoladas y lejanas le dan al viajero una sensación de regreso en el tiempo.
Siguiendo con el recorrido, la primera parada y último lugar del mapa es Jagüe, a más de 30 kilómetros de Vinchina, un paraíso natural perdido en la precordillera riojana.
Los últimos pasos para llegar a la laguna son en un camino de ripio y por una huella sinuosa al borde de la cornisa que se interna de lleno en los cerros.
A medida que se avanza en altura, el paisaje se vuelve más árido y las montañas brindan un arcoíris de colores que sorprenden a cualquiera.

La cordillera gana protagonismo y el viajero se adentra así en un cuadro que pareciera fue pintando. Allí se puedes cruzar guanacos, vicuñas o algún zorro.
Antes de subir al Portezuelo, el punto más alto del itinerario- 4400 metros de altura-, todo lo que se ve es un cordón de cerros, algunos manchados de nieve. Después de ese paso se llega al lugar esperado: Laguna Brava. Al mirar hacia abajo, se vislumbra el espejo de agua, una enorme mancha blanca en medio de una extensa altiplanicie de tierra. En invierno, la nieve alcanza allí los tres metros de altura.

En el camino el viajero también puede conocer uno de los refugios que fue construido por Sarmiento en el siglo pasado caminando a través del campo.

La laguna se alimenta de ríos de deshielo, lluvias y aguas subterráneas, tiene origen volcánico y su contorno es peligroso para aproximarse.
El viajero puede conocer uno de los refugios que fue construido por Sarmiento en el siglo pasado caminando a través del campo. Su construcción es de piedra y tienen forma circular. Dentro de estas casillas se pueden conocer muchas historias y leyendas que cuentan los lugareños.
Al terminar la travesía y emprender el regreso, al visitante le queda una grata impresión donde la aventura fue la protagonista. La experiencia de Laguna Brava es única no solo en Argentina, sino en todo el mundo. ©

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