Una ciudad donde convivieron diversas religiones, historias y culturas. Caminar por Toledo transporta a otras épocas y acerca a los viajeros a un mundo medieval y de película.

Bañada por el Río Tajo, empapada de El Greco, Cervantes o Garcilaso; rodeada de gastronomía y artesanía e invadida de historia, arte y cultura, los primeros indicios de su existencia datan del siglo IV a.C, mientras que su nombre se remonta a la época romana bajo la denominación de Toletum.
Toledo es la antigua capital del país. Como tal, está repleta de tesoros históricos y acoge un amplio abanico de grandiosos puntos de interés que hunden sus raíces en las dominaciones romana y árabe. Al recorrerla se puede comprobar que en toda la ciudad se funden de forma única las tradiciones judía, cristiana y árabe. Entre su imponente patrimonio, son imperdibles las iglesias góticas, los puentes de piedra medievales y el imponente Alcázar.
Toledo fue conquistada por los pueblos germánicos e invadida por los musulmanes, se convirtió en un importante centro intelectual europeo en torno al siglo XII, gracias a la instalación de la Escuela de Traductores. Desde entonces esta urbe continuó su crecimiento debido a la industria textil, de armas, de sedas, de monedas y otras artesanías, hasta llegar al siglo XVI a ser una de las principales ciudades de Castilla.


El viajero recorrerá esta ciudad y descubrirá en cada esquina el valor artístico. Todos los estilos confluyen: árabe, mudéjar, gótico, renacentista. Su riqueza histórica y artística hizo que está ciudad fuera electa como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco en 1986. En pocos lugares del mundo es posible ver, mezcladas y complementándose entre sí, una mezquita como la de Bab-al-Mardum, una sinagoga como la de Samuel Levi y una gran catedral como la primada de Toledo.
Para tener una vista panorámica perfecta de la ciudad, el viajero puede dirigirse al Mirador del Valle, que se encuentra por fuera de la muralla. Otro espacio donde tener buena vista de Toledo es el Puente de San Martín.

En toledo confluyen Todos los estilos: árabe, mudéjar, gótico, renacentista. Es Patrimonio de la Humanidad desde 1986.

Quien visité esta ciudad, comenzará su recorrido en la entrada al casco viejo por la Puerta de la Bisagra.
Esta torre medieval se construyó a modo de arco triunfal y cuenta con el escudo de Carlos V como sello de identidad. Pero además Toledo cuenta con otras puertas que dan ingreso a la ciudad antigua, por ejemplo: la Puerta de Alfonso VI, la Puerta del Cambrón (conocida como puerta de los judíos) o la Puerta de Alcántara.
Una vez dentro del casco viejo, el viajero se encontrará con la Plaza Mayor de Toledo, la Plaza Zocodover. En este centro es donde confluyen muchas calles que permiten adentrarse en la historia de esta ciudad. En las inmediaciones de la plaza y en el centro, encontrarán miles de tiendas que venden espadas y armaduras.
El lugar más característico para visitar es el Alcázar de Toledo. Un edificio que se destaca en sólo un vistazo dentro de la metrópoli por estar en lo alto. Su nombre viene del árabe “Al Qasar”, que significa fortaleza. Dentro de él, en la actualidad, se encuentra el Museo del Ejército y la Biblioteca de Castilla de La Mancha.
El visitante debe seguir su recorrido por detrás del Alcázar, para encontrarse con el Castillo de San Servando a lo lejos. Este castillo es considerado como uno de los mejores ejemplos de la arquitectura militar mudéjar en España.


El siguiente lugar que ver en Toledo es la Catedral de Santa María, de estilo gótico del siglo XIII. En la Plaza Catedral se encuentra también el Ayuntamiento y el Palacio Arzobispal.
Para seguir con la historia de las diversas religiones que pasaron y dejaron huella en Toledo, es imprescindible que el turista conozca la Iglesia de Santo Tome, una de las más importantes debido a que en su interior se encuentra la famosa obra del El Greco “El Entierro del Señor Orgaz”.

El contraste de arquitectura y cultura, permite una comparación constante de diversos momentos de la historia.

Dentro de esta gran urbe también existe un barrio donde habitaban judíos, está zona es denominada: el Barrio de la Judería. El viajero al caminar por este lugar encontrará la Sinagoga de Santa María la Blanca.
El contraste de arquitectura y cultura, permite una comparación constante de diversos momentos de la historia, por eso es recomendable que antes de visitar esta ciudad, el viajero contrate un guía turístico o pueda acceder a mayor información sobre la historia del lugar. De esta manera, podrá disfrutar más del viaje.
Al visitante se recomienda subir al tren turístico de color rojo para un recorrido rápido y divertido por este destino. Incluye paradas en el mirador del Valle, famoso porque permite contemplar amplias vistas de la ciudad, sus antiguos edificios y las colinas que se extienden más allá. Y no olviden probar el mazapán, el dulce toledano más popular, o sentarte con tranquilidad a tomar unas tapas.
Toledo no solo es un lugar para visitar durante el día, también tiene un gran ambiente para la noche. El viajero cuenta con variedad de bares y restaurantes para visitar, la especialidad para probar es la perdiz estofada. La gastronomía de esta ciudad es una de las estrellas de España, esto se debe a su lugar geográfico y a su hibridez cultural. Un deleite para los cinco sentidos. ©

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