Un poco de historia antigua mezclado con reconstrucciones y modernidad, caminatas por monumentos y museos, todo hace de Berlín un centro para conocer sí o sí.

A solada durante la Segunda Guerra Mundial y dividida por el Muro durante 28 años, Berlín recupera a grandes pasos su esplendor. El ambiente esconde la chispa de lo moderno en combinación con el antiguo pasado clásico.
Situada a 70 km de Polonia y franqueada por los ríos Spree y Havel, es la tercera ciudad más visitada de la Unión Europea. La etimología de Berlín proviene de las palabras berle o berlin que significan tierra no cultivable o tierra deshabitada.
Uno de los grandes atractivos para los turistas son los rastros del muro que forman el mejor de los museos. En él se pueden revivir tiempos de angustia y terror, también los campos de concentración exponen los secretos mejor guardados sobre las consecuencias de un fascismo exacerbado y los búnkeres trasmiten el pánico que algún día mantuvo a la ciudad oculta por el miedo.
El viajero puede iniciar su recorrido en el palacio de Charlotteburg, que hace referencia a los tiempos en que Berlín era la capital del imperio alemán de la dinastía Hohenzollern. En esta visita podrá ver una muestra de la gran importancia que tuvo el imperio. Luego, el paseo puede completarse con un recorrido por los jardines del palacio que cuentan con zonas de estilo francés y una posterior ampliación de jardines ingleses.
Muchas personas llegan a la urbe en búsqueda de la historia de la Alemania nazi de la que han escuchado en más de una ocasión. La capital cuenta con muchos monumentos y lugares históricos para conocer más sobre dicho tema.


El muro es uno de los sitios más visitados por el viajero, pero es importante mencionar algunos puntos específicos para ver dentro de él: el Checkpoint Charlie, se trata de uno de los puntos de control que había para pasar de un lado a otro del Muro; el East Side Gallery es el tramo más largo de los pocos que quedan y se convirtió en una galería de artísticas con más de cien murales.
Si se trata de visitar museos, el turista está en el lugar correcto. Berlín es la capital de los museos, lo que se muestra de manera evidente en la denominada Isla de los Museos, zona de la ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad. Entre tantas instituciones culturales la más imprescindible en el recorrido es el Museo Pérgamo. Ahí podrá disfrutar de grandes obras de la antigüedad como la Puerta de Ishtar de Babilonia o el Altar de Pérgamo.

El muro es uno de los sitios más visitados por el viajero; el East Side Gallery es el tramo más largo de los pocos que quedan.

Otro lugar emblemático de Berlín es la Columna de la Victoria en el parque de Tiergarten y cerca de allí se puede visitar el Parlamente alemán “Rechstag” y la famosa e icónica Puerta de Brandenburgo.
Siguiendo con el mismo camino, el viajero puede dirigirse a la avenida Unter Der Linten donde se encontrará con el espacio de Alexanderplatz y de camino a la plaza el monumento que conmemora la Quema de Libros en 1933. Otro ícono de la ciudad alemana es el Reloj Mundial en la misma plaza antes mencionada y el Fernsehturm (la Torre de la Televisión), allí se tiene la mejor vista panorámica.


Otro infaltable de este viaje es pasar por el barrio medieval, una zona totalmente reconstruida en el lugar donde se situaba la población que dio origen a la actual capital.
Luego de caminar, andar en bicicleta o transporte público, quien visita Berlín puede optar por hacer excursiones que lo sumerjan aún más en la historia de este lugar. Para eso, hay dos salidas que no deberá dejar de hacer: la visita al campo de concentración Sachsenhausen (es vital realizarlo con una visita guiada para conocer en detalle las historias del espacio); la segunda opción es visitar Potsdam, una ciudad vistosa que contiene al Palacio de Sanssouci, la antigua residencia de verano del Rey de Prusia.

Un infaltable es el barrio medieval, una zona reconstruida en donde se situaba la población que dio origen a la capital.

Finalmente, el viajero debe degustar los platos típicos de esta gran ciudad europea y para eso deberá probar las populares salchichas Currywurst (se sirve en rodajas, espolvoreada con salsa de kétchup con curry y suele acompañarse de papas fritas) y la cerveza Berliner.
En casi todas las zonas de la ciudad se pueden encontrar restaurantes muy variados, aunque algunos lugares destacados son el Barrio de San Nicolas (Nikolaiviertel) y Alexanderplatz. También, otra zona que resulta popular entre los berlineses es la calle Simon Dache Strasse, cerca del metro de Frankfurter Tor, allí es más económico y variado.
Otra recomendación gastronómica en el ámbito de la pastelería es pasar por la prestigiosa tienda “Eassbender & Raush”, la misma se encuentra en la plaza Gendarmenmarkt y allí encontrará los mejores chocolates alemanes. ©

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