La donación de órganos y tejidos es un acto altruista y solidario que permite salvar o mejorar la calidad de vida de muchas personas. Desde 2018, en Argentina toda persona mayor de 18 años es considerada donante, salvo que manifieste lo contrario.

Los trasplantes son resultado de la voluntad de aquellos que donan sus órganos de manera altruista y desinteresada, con el fin de ayudar a otros. La concientización de la sociedad para logar una mayor aceptación de la donación es fundamental para lograr que se incremente el número de trasplantes.
Según el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), en el año 2022 hubo en Argentina 4.024 donaciones de órganos y se realizaron 1.700 procedimientos.
Asimismo, la ministra de salud Carla Vizzotti destacó que se llegó al nivel del 2019, “cuando tuvimos el número máximo de donaciones de órganos. Argentina es una sociedad donante y solidaria”, y expresó que el país es “punta de lanza en donación y trasplante, no solo en la región sino también en el mundo con una Ley que es modelo y tiene una mirada integral de la problemática”.
Por su parte, el titular del INCUCAI, Carlos Soratti, señaló que “hay una lista de aproximadamente 7.000 personas esperando por un trasplante de órganos y alrededor de 2.600 personas esperando un trasplante de córneas”.
Los trasplantes se realizan gracias a la voluntad de aquellos que donan sus órganos de manera altruista y desinteresada. Los órganos que se trasplantan en Argentina son: riñón, hígado, corazón, pulmón, páncreas e intestino; y los tejidos: córneas, piel, huesos, válvulas cardíacas. En ambos casos, los trasplantes se efectúan a partir de donantes fallecidos.


A partir de la “Ley Justina”, la tasa de interrupciones por oposición familiar se redujo del 40 al 10 por ciento. El país, con 20 donantes cada millón de habitantes, se ubica a la par que el promedio de la Unión Europea.

Llegado el momento, los médicos determinan cuales son los órganos y/o tejidos aptos para trasplante. Para poder donar órganos, la persona debe morir en la terapia intensiva de un hospital, pues sólo así puede mantenerse el cuerpo artificialmente desde el momento del fallecimiento hasta que se produce la extracción de los órganos.
Por otra parte, la donación en vida sólo se practica en casos de necesidad extrema, frente a la falta de donantes cadavéricos, pero debe existir un vínculo familiar de acuerdo a la legislación vigente. Esta alternativa sólo contempla el caso trasplantes renales y hepáticos. El órgano más común que se dona en vida es el riñón, ya que una persona puede sobrevivir con un solo riñón en funcionamiento. Parte del hígado también puede ser trasplantado.
Claudio es donante de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH). “Desde siempre fui donante de sangre en el Banco de Sangre de La Plata, aunque allá por el año 2007, fui donante de sangre en circunstancias en que mi suegra fue intervenida quirúrgicamente de urgencia. En ese momento me ofrecieron completar un formulario para ser donante de médula ósea, dije que sí inmediatamente. Pasados tres años, fui contactado por el INCUCAI para ratificar mi voluntad de donante atento que sería convocado para la donación dada la compatibilidad requerida a esos efectos. Tras rigurosos análisis y gozando de un excelente estado de salud, doné médula ósea para un paciente (no emparentado) argentino, a quien no conozco en virtud del estricto pacto de confidencialidad que rige en estas cuestiones”, detalló Claudio. “Es muy movilizadora la posibilidad de donar vida en vida. Hay gran cantidad de pacientes esperando que los que estamos de la vereda de los sanos tomemos la decisión de ayudar a quienes nos necesitan. Hace un tiempo me tocó ser donante y nadie está exento de ser el paciente que necesita nada menos que la vida”, expresó.


La “Ley Justina”, marca un hito en la forma en que el país aborda este crucial aspecto de la salud pública. Esta ley, que lleva el nombre de Justina Lo Cane,  una joven que esperó durante meses por un trasplante.

Voluntad de ser donante

Toda persona mayor de 18 años puede manifestar la voluntad afirmativa o negativa de donar sus órganos por cualquiera de los siguientes medios: firmar un acta de expresión en el INCUCAI, en los organismos jurisdiccionales de ablación e implante o en la sección Documentación de la Policía Federal, o asentarlo en el Documento Nacional de Identidad en las oficinas del Registro Civil. De no existir manifestación expresa, la Ley de Trasplante presume que la persona es donante. En esos casos, el organismo responsable solicita a la familia su testimonio sobre la última voluntad del fallecido.
Vale aclarar que la donación de órganos no modifica la apariencia de la persona fallecida. Los órganos se extraen mediante un procedimiento quirúrgico que no altera el aspecto externo del cuerpo, que es tratado con suma consideración y profundo respeto.

Un Nuevo Horizonte con la Ley Justina

En la actualidad, la donación de órganos en Argentina ha experimentado un cambio significativo gracias a la implementación de la “Ley Justina”, marcando un hito en la forma en que el país aborda este crucial aspecto de la salud pública. Esta ley, que lleva el nombre de Justina Lo Cane, una joven que esperó durante meses por un trasplante de corazón, ha redefinido la manera en que los argentinos participan en la donación de órganos y tejidos, otorgando nuevas esperanzas a pacientes en lista de espera.
La “Ley Justina” ha tenido un impacto significativo en la donación de órganos en Argentina. Ahora, se presume que todos desean ser donantes a menos que hayan manifestado lo contrario. Esto ha agilizado el proceso de donación y ha aumentado el número de órganos disponibles para trasplantes, salvando así vidas que antes podrían haberse perdido mientras se esperaba un órgano compatible.
Otro aspecto crucial de la “Ley Justina” es la colaboración entre instituciones médicas y profesionales de la salud. La ley establece la creación de un Registro Nacional de Datos Genéticos de Donantes de Células y Tejidos, lo que permite una mejor coordinación entre los diferentes actores involucrados en el proceso de donación y trasplante.
La movilización de la comunidad en favor de la donación es fundamental para que día a día se puedan concretar trasplantes de órganos y tejidos que le salven la vida a otras personas. ©

La movilización de la comunidad en favor de la donación es fundamental para que día a día se puedan concretar trasplantes de órganos y tejidos que le salven la vida a otras personas.

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