La obra maestra de Miguel Ángel Buonarroti en la actualidad se exhibe en la Galería de la Academia de Florencia. Sin embargo, el Museo de Calcos porteño cuenta con una réplica exacta de la reconocida escultura.
El 2 de julio de 1501, los miembros de la Opera del Doumo decidieron colocar en vertical el enorme bloque de espléndido mármol que había estado abandonado y olvidado en los talleres del Duomo de Florencia durante casi 40 años. Consultaron a los artistas de la ciudad qué empleo podía dársele.
Miguel Ángel Buonarroti, que tenía en aquel entonces 26 años, solicitó que se le concediera el bloque. Aseguró que con ese material construiría una colosal estatua “ex uno lapide“, o sea, de una sola pieza, estilo que estaba considerado como sólo propio para obras maestras. La seguridad de artista lo consagró como el elegido.
Cuentan las crónicas de la época que Miguel Ángel trabajó 20 horas al día entre 1501 y 1504. Bajo la acción del cincel, la figura fue cobrando vida. La escultura que al fin surgió del mármol fue El David, considerado como prototipo del héroe del Renacimiento. Mide más de 5 metros de altura y representa al rey bíblico en el momento previo a enfrentarse con Goliat.
La figura es la de un adolescente desnudo que evidencia las desproporciones propias de la edad: cabeza grande, cuyo volumen aumenta la rizosa cabellera; brazos largos, manos grandes y pesadas; las caderas estrechas y las piernas excesivamente separadas.
Todos los miembros manifiestan un reposo tenso. Es la captación del momento anterior a la acción, la máxima concentración antes del acontecimiento bíblico: Tiene que enfrentarse a un gigante, va a defender a un pueblo y va a ser elevado a la categoría de héroe.
Actualmente El David se encuentra expuesto en la Galería de la Academia de Florencia y es considerada una parada ineludible para quienes visitan la hermosa ciudad italiana. No obstante, el coloso de mármol tiene su réplica porteña.
Se trata de una copia que se exhibe en el Museo de Calcos y Escultura Comparada “Ernesto de la Cárcova”, un espacio inaugurado en 1928 que cumple una función «doblemente didáctica»: reunir las obras maestras del arte clásico y que las esculturas sirvan a su vez como modelos para los alumnos de la Escuela Superior de Bellas Artes.
El Museo es el primero en su género en América del Sur y tiene el privilegio de cobijar en un mismo espacio réplicas de obras pertenecientes a los más significativos ámbitos culturales del mundo: el Museo del Louvre, el Museo de Berlín, el Museo del Vaticano, el Museo Británico de Londres, el Museo Nacional de Antropología de México y hasta de la antiquísima Acrópolis de Atenas.
El imponente David de Miguel Ángel, situado en el centro de la sala uno del museo, concentra las miradas de los centenares de visitantes que se acercan al lugar cada mes. La escultura de mármol es la más llamativa en este centro artístico que atesora decenas de copias de otras esculturas como la del vencedor de Goliat. Un tesoro al alcance de nuestras manos.
El Museo se encuentra sobre la calle Elvira R. de Dellepiane, a mts. de Av. España, sobre la Costanera Sur (CABA). ©
TXT I Fotos: GEM