Cuando el sufrimiento psíquico duele en el cuerpo.
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Hace poco, una paciente me contaba que empezaba terapia para dejar de sufrir tanto por una separación de su pareja, que le estaba generando profunda desesperación, y tan triste se sentía que no podía pensar ni seguir con su vida cotidiana. También me explicaba que sentía, especialmente por la noche antes de irse a dormir, que se le “partía el pecho” de dolor, y tenía miedo por su salud física.
Otro paciente, que había sufrido recientemente la pérdida de su padre, también comenzó terapia para poder seguir adelante. De la misma forma, él refería miedo a morirse, y a volverse loco por sentir tanto dolor, además de tener dificultades para respirar.
Y así, otros relatos de personas que sienten que cuando se enojan les “hierve la sangre” o que tienen un nudo en la garganta y no les pasa el aire, frente a distintas situaciones de enojo y angustia.
¿Es posible entonces sentir en el cuerpo el sufrimiento psíquico? Así es. Lo que hace muchos años ya se suponía, la tecnología aplicada a la salud, permite confirmar que ante el padecer psíquico existe una manifestación desagradable en el organismo. Por lo tanto, si bien el origen es emocional, del mundo de los afectos, el dolor se experimenta también en el cuerpo.
Es más, si fuera un impacto emocional extremo, podría incluso originar enfermedades graves (hipertensión, diabetes, tumores) o ser fatal el desenlace (un infarto que ocasiona la muerte).
Es por esto que no hay que restarle importancia a estas situaciones sufrientes y buscar ayuda, tanto de psicoterapia o terapia farmacológica, hasta que podamos ir elaborando las pérdidas que nos generan un padecimiento imposible de superar dada su intensidad.
El origen del sufrimiento como los recursos que se disponen para elaborar las pérdidas, son subjetivos, quiere decir que cada persona tiene su manera particular de resolver y significar los acontecimientos de la vida. Pero es en general las pérdidas de vínculos importantes o el fallecimiento de seres queridos, situaciones de mucho impacto emocional, porque condicionan el ser de cada persona, su vida cotidiana y su proyección futura.
Estar mejor es posible. Hay situaciones en las cuales no se trata de esperar que pase el tiempo que ”todo lo cura”, en ese tiempo tienen que elaborarse las pérdidas e intentar propiciar nuevas representaciones e ideas para seguir adelante. ©
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