Los aromas, sus colores, los gustos, todo forma parte de una sola taza que se sirve en bares cosmopolitas y sofisticados de Buenos Aires. El café se convirtió en una moda que cada día crece más.

Las cafeterías de especialidad son cada vez más en la ciudad de Buenos Aires y se transformaron en uno de los fetiches de los porteños. Aunque en muchos países ya hace años existen los míticos bares de café, recién ahora en Argentina la tendencia comenzó a ser más vista.
La creación de las cafeterías Starbucks fueron el punto de inflexión para que más personas comiencen a interiorizarse en el mundo del café. Esta cadena internacional fue una de las primeras que le empezó a contar a los clientes que había café de Brasil y de Colombia u otros lugares.
Nicolás Artusi, autor del libro Café: de Etiopia a Starbucks, la historia secreta de la bebida más amada y odiada del mundo, entre otros libros sobre el sofisticado universo de este líquido, explica que la categoría de café de especialidad se fundamente en un parámetro técnico y es un término que se creó en la década del 70 en California para diferenciarlo del café a granel.
Las personas quieren involucrarse más en aquello que consumen, al igual que sucedió con la cerveza artesanal o el vino de autor, quieren conocer el origen de lo que comen o toman. Los clientes no solo buscan algo rico para consumir, sino también  que quieren comprar experiencias.
Uno de los primeros café de especialidad de la ciudad fue Lattente, fundado en 2011. El primer local lo abrieron en Recoleta, el foco siempre estuvo puesto en el café, sirviéndolo a 75°, con la sugerencia de no ponerle azúcar y no daban masas para acompañarlo. Lejos de ser el lugar más visitado, en sus comienzos le costó mucho llegar a ser bien visto.


Los jóvenes se incorporaron al mercado del café desde muy chicos, es una generación que conoció el consumo contemporáneo.

¿Una bebida centennial?

Aunque es una de las infusiones más antiguas que existen, sigue renovándose año tras año, demostrando que siempre hay más por investigar. Como prueba de ello está otro libro de Artusi, Diccionario de Café.
Más allá de la evolución de la bebida y que probablemente mute en diferentes direcciones, como lo ha hecho todos estos años, hoy es la más vendida del mercado de café. Estas cafeterías donde la taza llega con “arte latte” y estilismo perfecto para subir a las redes sociales, son sobre todo un lugar de pertenencia para los “centennials”, aquellos jóvenes nacidos del 2000 en adelante.
Los jóvenes se incorporaron al mercado del café desde muy chicos, es una generación que conoció el consumo contemporáneo, sin el prejuicio de que era una bebida para adultos. Los centennials fueron los que migraron sus reuniones de McDonald’s a Starbucks, los mismos que actualmente llegan a sus trabajos con un “macchiato” en vaso descartable.

¿Qué tener en cuenta para tomar un buen café?

Lo más básico es elegir granos de calidad, que debe ser tostado. Luego, será de vital importancia la técnica para hacerlo, cada una de ellas requiere un molido diferente: fino, grueso, medio; cada tipo de molienda dependerá del tiempo en que el café deba estar en contacto con el agua. El objetivo siempre es obtener la mejor extracción y un buen balance de la bebida final.

Actualmente, entre los consumidores, hay un claro camino a mejorar la calidad del café que se bebe dentro y fuera de las casas.


Una vez listo, no es lo mismo servirlo en cualquier recipiente. Así como el vino se disfruta mejor en copas de cristal finas, con el café es similar.
Si bien la moda y las posibilidades proponen muchas opciones, a la hora de pensar en el mejor material para disfrutar la bebida; la porcelana, la cerámica o el gres, son las que resisten mejor al choque térmico y cuentan con la capacidad de potenciar el aroma del café.

Del bar a la casa

Actualmente, entre los consumidores, hay un claro camino a mejorar la calidad del café que se bebe dentro y fuera de las casas. Antes, en los supermercados no se conseguía café que no fuera torrado, de los que tienen un agregado artificial de azúcar. Hoy esas mismas marcas venden el torrado, pero también tienen otras variedades de café tostado natural sin azúcar.
Otra cuestión que marca tendencia en la actualidad es que, por primer vez en la historia, se venden para uso doméstico más cafeteras de tipo espresso (incluyendo las de cápsulas) que de filtro.
El ascenso veloz de esta moda del café de especialidad como un lujo posible se debe a que la bebida en Argentina tiene un precio similar en todos los rangos. Es muy democrático su acceso por que por el precio que tiene para el consumidor le permite disfrutar de una experiencia urbana, sofisticada y cosmopolita. ©

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