Cantame un cuento

Música, cultura, literatura, emoción y sobre todo amor… Canticuénticos reúne a sus integrantes sobre el escenario para trasmitir a los más chicos y no tan chicos la importancia del patrimonio cultural latinoamericano.

Cuando las canciones marcan un antes y un después en la vida es porque traen consigo una historia que trasciende la emoción, eso es lo que trasmite el grupo musical Canticuénticos. Las canciones interpretadas por Ruth Hillar, Daniela Ranallo, Laura Ibáñez, Daniel Bianchi, Nahuel Ramayo y Gonzalo Carmelé proponen hablarle a los más chicos de cualquier temática, aunque está sea difícil, desde un lado más lúdico.
El objetivo del grupo, desde hace más de diez años, es hacer un aporte al cancionero infantil en clave folklórica, para vincular las infancias con el patrimonio cultural latinoamericano.
El grupo santafesino se sube a diferentes escenarios y comienza el despliegue de gran variedad de instrumentos que van desde la flauta, batería, bajo, guitarra hasta acordeón y charango. Del otro lado, sentados en sus butacas las familias comparten un momento único donde la música los transporta por diferentes lugares de la cultura de la que forman parte.
Los creadores de canciones infantiles como “El monstruo de la laguna” o “Hay secretos” (sobre el abuso infantil) presentaron hace unas semanas “Pañuelito blanco”, un huayno en homenaje a la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Esta canción se encuentra en su último disco, lanzado durante la pandemia, “A Cocochito” que viene acompañado de muchas letras que fueron presentando a través de las redes sociales.

– ¿Cómo surgió Canticuénticos y cuál fue la idea principal de este grupo musical para niños/as?
– Ruth: Canticuénticos nació como un proyecto de composición de canciones para niñas y niños. Nuestra idea fundacional fue la de hacer un aporte al cancionero regional infantil, componiendo sobre ritmos y géneros musicales de Argentina y también de Latinoamérica. Después de editar el primer disco, decidimos salir a tocar ese repertorio en formato de grupo y vimos que el público que nos seguía, iba siendo cada vez más. Entre medio de viajes y giras, editamos otros cuatro discos, ocho libros y una gran cantidad de videoclips.

– ¿Qué buscan plasmar a través de sus letras y canciones? ¿Creen que hace falta más conciencia y enseñanza originaria de nuestra tierra en las infancias de nuestro país?
– Ruth: Componemos desde el respeto y la responsabilidad, porque sabemos que nuestro público es muy especial. Con cada canción tenemos una posibilidad enorme de acompañar a las nenas y nenes que están creciendo, proponiendo valores positivos y solidarios, estimulando la imaginación y la creatividad, y también cantando desde nuestros lugares, fortaleciendo la identidad cultural que generalmente se ve avasallada por los productos de la cultura masiva del entretenimiento.

– ¿De qué se tratan los libros? ¿Los escriben entre todos o hay alguno que pone más su impronta?
– Ruth: Los ocho libros editados hasta el momento de la colección “Canticuénticos en papel” son versiones ilustradas de los textos de las canciones. Toda la colección está ilustrada por Estrellita Caracol con una estética maravillosa, que aporta poesía desde la imagen. Nuestros libros se trabajan en gran cantidad de escuelas y jardines del país y el primer título “El mamboretá” fue seleccionado para integrar el Plan de Lectura Nacional de este año.

– La propuesta que presentan tiene mucha escenografía… ¿Quién se hace cargo de esa parte? ¿Creen que son fundamentales las imágenes para acompañar las letras y música?
– Ruth: En realidad nuestra escenografía en sencilla, tratamos de que el centro del espectáculo sea la música. No tenemos alguien encargado de esa parte, se nos van ocurriendo ideas a algunos de los integrantes del grupo y vemos la forma de concretarlo. Y en la puesta en escena tenemos la asistencia de Cintia Bertolino.

– ¿Cómo fue seguir con su trabajo durante la pandemia por el Covid 19? ¿Surgieron nuevas formas de expresión?
– Daniel: Durante el tiempo de pandemia pudimos terminar de grabar y editar nuestro quinto disco, “A Cocochito”, que venía en la etapa final de grabación. Aunque la pandemia nos dilató los tiempos más de lo que habíamos imaginado, finalmente en diciembre el disco vió la luz. Por otro lado, estuvimos generando material audiovisual en un proyecto que teníamos en pausa hace bastante, que llamamos “La Cantiteca”, y que aprovechamos a iniciar en esta época. Se trata de pequeños audiovisuales sobre distintas temáticas que nos interesan y que creemos importante llevarles a los niños. Por ejemplo, estos videos tratan sobre cuestiones musicales (puede ser un instrumento, un ritmo, etc), algunos son cuentos de escritores que nos gustan mucho pero leídos por nosotros, algunos sobre temáticas ecológicas, sobre la alimentación, etc.

Las próximas presentaciones serán el 18 de abril en el Teatro La comedia de Rosario y el 9 de mayo en la ciudad de Santa Fe en el Anfiteatro Parque Sur.

– ¿Todos los que conforman el grupo son docentes o alguno de ustedes no?
– Daniel: Ruth es profesora de flauta traversa, yo soy profesor de guitarra, Daniela es profesora de canto, Laura es profesora de dirección coral, Gonzalo y Nahuel tienen alumnos aunque su principal actividad gira en torno a la ejecución de la música en diversas agrupaciones.

– Muchas de sus canciones son tributos, como por ejemplo “Pañuelito Blanco” que hace referencia a las Abuelas de Plaza de Mayo, ¿cuál es la idea detrás de estos homenajes?
– Ruth: Nos interesa que en las canciones aparezcan temáticas que pensamos que son relevantes para el crecimiento personal de nenas y nenes. Creemos que es muy importante que un tema como el de la memoria, la identidad y la búsqueda de la verdad, se trate en las escuelas y también en los hogares. Desde la música, podemos hacer nuestro aporte facilitando el abordaje de temáticas difíciles a través de una canción.

– ¿Qué es lo que los hace más felices de su trabajo como difusores de literatura, música y cultura?
– Daniel: Lo que más felices nos hacen siempre son las afectuosas devoluciones que nos hace el público sobre la forma en que reciben nuestro trabajo. A la salida de cada show, en mensajes en las redes, nos llegan cartas, contándonos que nuestra música suena cotidianamente en sus casas y acompañan momentos importantes en sus vidas, y eso nos llena de emoción y nos impulsa a seguir adelante. También recibimos muchos mensajes de docentes que usan nuestras canciones en su trabajo diario, y esas son las cosas que nos alegran y nutren para seguir adelante.


– Dentro de sus canciones combinan instrumentos y melodías que componen el folclore y muchos ritmos latinoamericanos, ¿cuál es el fin de la propuesta?
– Daniel: Uno de los pilares que guían nuestro trabajo es el uso de rítmicas y estilos propios de la música folklórica argentina y latinoamericana. Creemos que el arte de contribuir al desarrollo de la identidad en los niños, y que estas músicas son las que más nos representan, porque hablan como nosotros hablamos, cuentan nuestra propia manera de mirar el mundo, hablan de nuestros paisajes, usando nuestras palabras. Es una forma de levantar orgullosamente la mano y, en medio de esta globalización, decir bien fuerte “acá estamos”, “somos nosotros”.

– ¿Cómo es la respuesta de los niños y adultos que van a verlos o que los siguen? ¿Creen que la música es una forma de enseñarles a los más chicos?
– Daniel: Las respuestas de nuestro público son siempre hermosas y muy bienvenidas. La gente que nos va a ver por lo general es gente que ya conoce nuestro lenguaje, y lo hace porque quiere acercar a sus niños a una forma de entender el arte y la cultura que encontraron en nuestras canciones. Creemos que la música en particular y el arte en general son un invalorable canal de transmisión de sentimientos, emoción, valores, comunicación, expresión y diálogo con el mundo.

– Hace poco tiempo lanzaron su último disco y libro… ¿Cómo fue el lanzamiento en pandemia? ¿Qué se viene en el futuro cercano con esta nueva propuesta?
– Ruth: El lanzamiento de “A Cocochito”, nuestro quinto álbum y octavo libro, fue bastante diferente de los discos anteriores, ya que fuimos anticipando gran parte de las canciones como singles. Decidimos ir compartiendo el trabajo a medida que lo terminábamos con nuestro querido público, teniendo en cuenta que en esta situación de pandemia, todos necesitamos más del prójimo. Fue una de las maneras que encontramos de estar cerca de la gente, otra forma fue mandar videos y saludos a escuelas, jardines, cumpleañeras y cumpleañeros y también ir compartiendo los videos de la colección “La Cantiteca” de la que habló Daniel. Ahora empezamos a incorporar de a poco las canciones nuevas en los conciertos junto a las más conocidas que chicas y chicos quieren escuchar y bailar.

– ¿Cuál fue el momento más emotivo e inolvidable que vino de la mano de Canticuénticos?
– Daniel: Cada niño que canta es, en sí mismo, una batalla ganada al silencio, al pesimismo, a la incertidumbre. Lo que nos enseñó Canticuénticos en estos 11 años de trabajo, es a mirar a los ojos y percibir esa magia en la mirada, y es un regalo cada vez que nos llega, multiplicada.

– ¿Cuáles son sus metas a futuro con la banda? ¿Se vienen espectáculos al aire libre por la pandemia?
– Daniel: Estamos iniciando, en la medida de las posibilidades, la vuelta a los escenarios, que tanto extrañamos y creemos tan necesaria. Tenemos muchas ganas de encontrarnos nuevamente, vernos las caras, y creemos que cada uno de estos primeros conciertos van a estar cargados de toda esa energía contenida que nos dejó la pandemia. ©

Instagram: Canticuénticos

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