RascaSuelos

Esta propuesta empieza aparecer como respuesta de la creciente escasez de suelo en las grandes ciudades y, por otra parte, de la necesidad de minimizar el impacto ambiental de las construcciones modernas.

Un rascasuelos es un edificio que se desarrolla principalmente bajo la superficie terrestre. En vez de de ocupar espacio en el horizonte, estas estructuras se extienden en múltiples niveles subterráneos, ofreciendo una alternativa a los rascacielos tradicionales.
El diseño de estos edificios no solo busca resolver problemas de densidad urbana, sino también reducir el consumo de energía, mejorar la resistencia ante desastres naturales y optimizar la climatización de los espacios interiores.
En lugar de elevarse varios metros sobre la superficie, estas construcciones se proyectan hacia abajo. El desafío arquitectónico de ocupar espacios poco frecuentados.
Con un origen en el idioma inglés, los rascacielos nos llevan a imaginar estructuras imponentes, que pueden desafiar a la gravedad con su altura. Pero un nuevo concepto arquitectónico se abre camino en busca de invertir la imagen: los «rascasuelos» (earthscrapers) son construcciones subterráneas que se adentran en las profundidades de la tierra.
La propuesta surge como respuesta a la creciente escasez de suelo en las ciudades grandes, y también a la necesidad de minimizar el impacto ambiental de las construcciones modernas.
Se trata de edificios que se desarrollan principalmente por debajo de la superficie terrestre. En lugar de ocupar espacio vertical hacia arriba, estos inmuebles se extienden en varios niveles subterráneos, como una alternativa a los rascacielos tradicionales.
Con este diseño casi único, se busca resolver problemas de densidad urbana, pero también reducir el consumo de energía, mejorar la resistencia ante desastres naturales, y lograr una optimización climática de los espacios interiores.


Rascasuelos: edificios que son un desafío

Si bien aparecen algunos beneficios, la construcción de los «rascasuelos» enfrenta algunos desafíos logísticos y técnicos:

Ventilación e iluminación:
La falta de luz natural y la falta de un sistema eficiente de ventilación son los principales retos a vencer. Así y todo, el uso de fibra óptica, sistemas de aire y espejos pueden ayudar a solucionar estos problemas.

Drenaje y humedad:
Como están en mayor contacto con el subsuelo, estas estructuras subterráneas deben contar con materiales impermeables y sistemas de drenaje de alta generación, para evitar filtraciones y acumulación de agua.


Percepción psicológica:
Trabajar en espacios cerrados, o directamente vivir bajo tierra puede generar sensaciones de claustrofobia en algunas personas. Se podría mejorar la experiencia del usuario con el uso de espacios amplios, con luz artificial que simule a la natural.

Costos de construcción:
Las excavaciones profundas y las estructuras reforzadas pueden aumentar el costo de los proyectos, algo que limitaría su desarrollo a ciudades con presupuestos adecuados.

Rascasuelos por el mundo

Si bien el concepto de los rascasuelos está todavía en desarrollo, ya hay países que comenzaron a explorar esta idea. La Ciudad de México, con su altísima densidad de población, ha sido un escenario propicio para el desarrollo del «Earthscraper», una pirámide invertida de 65 niveles bajo tierra, en pleno centro de la ciudad.
Y en el otro lado del planeta, en Pekín, existe la Underground City (Ciudad Subterránea), compuesta por un sistema de túneles y estructuras subterráneas utilizadas como refugios y áreas comerciales. Esto demuestra el potencial de expandir la vida urbana bajo tierra. ©

TXT I Fotos: GEM


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