El Cirkelbroen está compuesto por cinco plataformas circulares que invitan al usuario a detenerse y disfrutar de una perspectiva diferente de la ciudad danesa de Copenhague.

El puente Cirkelbroen es una pasarela de unos 40 metros de largo hecha de cinco plataformas circulares de varios tamaños, interconectadas entre sí, que atraviesa el canal Christianshavn, Dinamarca; conectando Applebys Plads al sur con Christiansbro al norte. Cada una de las plataformas tiene una especie de mástil, que es usado como una referencia por los barcos que navegan por las vías fluviales de dicho canal.
El diseño en zigzag del puente busca que los peatones reduzcan el paso y tomen un descanso. Así está pensada esta hermosa obra llamada Cirkelbroen (Circle Bridge, en inglés), compuesto por cinco plataformas circulares que invitan al usuario a detenerse y disfrutar de una perspectiva diferente de la ciudad.
Los mástiles están sostenidos por 118 cables de metal, lo que le da al puente un parecido con una serie de yates de vela. La forma resalta la pendiente inversa de los rieles del puente, que están hechos de madera (del árbol brasileño de guariuba).
De cada mástil se suspenden varios cables tensados que se conectan a la periferia de los círculos. Una sección del puente funciona como un puente giratorio, para permitir que grandes embarcaciones entren y salgan del canal.


Las embarcaciones más pequeñas, como los kayaks, pueden pasar por debajo de los podios elevados sin ningún problema.
Esta obra arquitectónica diseñada por Olafur Eliasson, y encargada por la fundación Nordeafonden, fue inaugurada el 22 de agosto del año 2015, y proporciona un camino a través del canal. El puente sigue una ligera curva, que permite a la gente de Copenhague caminar o andar en una ruta continua a lo largo de todo Inderhavn, lo que facilita el desplazamiento.

El diseño en zigzag del puente busca que los peatones reduzcan el paso y tomen un descanso, para disfrutar de una perspectiva diferente de la ciudad.

De hecho, “es una celebración a los peatones que refleja la vida cotidiana y la intimidad que se encuentra alrededor del canal, en el barrio de Christianshavn, sus casas flotantes y veleros, la vida única en las murallas. El puerto de Copenhague fue una vez un centro de actividad marítima, y Cirkelbroen es un testimonio de esa historia. Mientras trabajaba en el puente, recordé los barcos de pesca que vi de niño en Islandia. En el puerto, los barcos a menudo estaban amarrados uno al lado del otro, y a veces parecía que incluso se podía cruzar el puerto simplemente caminando de un barco a otro”, mencionó su diseñador.
En Copenhague, se han logrado avances en el pensamiento sobre lo que constituye la calidad en el espacio urbano y la atmósfera de un espacio. Obviamente, no se puede planificar la atmósfera, ya que es co-producida por las personas que utilizan el espacio, pero es posible cultivar una atmósfera, para que pueda crecer.


El círculo en el diseño del puente representa, dice la fundación Nordea-fonden: “una alternativa a la línea directa a través del agua. Alienta a los peatones y ciclistas a reducir su velocidad; proporciona un punto de vista donde las personas pueden tomar un breve descanso, creando así un nuevo espacio entre dos áreas urbanas en lugar de proporcionar la ruta más rápida posible a través del canal de Christianshavn.
“El círculo también se refiere a la brújula, a la orientación y a la cartografía. Sugiere un modelo de navegación dinámico que permite una renegociación del espacio público. Al hacerlo, el puente realiza pequeños cambios en la forma en que se percibe en la ciudad. En un nivel macro, el círculo se refiere al dibujado por el centro de la ciudad de Copenhague, que Cirkelbroen ayuda a completar conectando el área de Christiansbro con Appelbys Plads, dice la fundación Nordea-fonden en su página web.
En Dinamarca, hay una fuerte tradición de centrarse en la inclusión, en la aceptación del otro – dando la bienvenida a ideas que aún no hemos tenido, a gente que todavía no hemos conocido, y a encuentros imprevisibles. Es algo en lo que todos tienen que trabajar juntos, y una manera de hacer frente a esto es en cómo se planea el espacio público. El Cirkelbroen contribuirá a mejorar la calidad de vida y al desarrollo de una ciudad hospitalaria e integradora.
Nordeafonden, una fundación sin fines de lucro, fue la entidad que encargó esta obra, que definen como algo mucho más que un puente o una obra de arte: “es un nuevo lugar. Es un puesto de observación en el puerto”. Nordea-fonden fue establecida en 1989 por Sparekassen SDS. La fundación asigna más del 80% de sus rendimientos financieros anuales para apoyar obras sin fines de lucro. ©

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